Cuando mis memorias se abren paso a
través de los fatídicos años 1998 (el de la catástrofe ecológica de la mina de
Aznalcóllar) y 1999 (el dedicado a descontaminar y buscar soluciones a los mil
problemas que surgían), y mientras voy narrando con paciencia los complejos y
tensos Plenos del Patronato celebrados bajo la presidencia de Isabel Tocino,
Ministra de Medio Ambiente, dedicados casi monográficamente a analizar las
consecuencias del vertido, de nuevo resurgen crispantes noticias sobre la nefasta
mina.
La historia de España siempre ha sido
una repetición de desatinos, tragedias y locuras, sin que consigamos aprender.
Me limito a citar algunos titulares de El Mundo: "No temeremos llevar a la
presidenta de la Junta ante el Tribunal Supremo»"; "Ecologistas
en Acción ya es parte en la investigación judicial por la adjudicación de la
mina"; y la imprescindible editorial de Francisco Rosell, "Una mina de
corrupciones".
Fue Gregorio Marañón,
tan desesperado como yo, el que afirmó y se interrogó: “Tardarán años y años,
todavía, hasta que los españoles perdamos nuestra insensatez. ¿Acaso la
perderemos alguna vez?
Como siempre, un atento saludo de Jesús
Vozmediano.
P.D.: Este
e-libro, cuya escritura inicié en la Navidad del 2012, ha alcanzado al día de
hoy las 1979 páginas escritas y publicadas, con 2209 lectores únicos de 37 países que han
consultado o leído 7899 páginas.
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